Los elefantes del circo, están sujetos por una cadena en una de sus patas atada a una pequeña estaca en el suelo. La estaca es solo un minúsculo pedazo de madera enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena es gruesa y poderosa, el elefante podría con facilidad arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?
El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy pequeño. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía… Hasta que un día, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree que NO PUEDE. Él recuerda aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez…
(Jorge Bucay – Cuentos para pensar)
El poder de nuestra mente es increíble, las personas somos esclavas de nuestro pensamiento, basta que creamos que no podemos hacer algo, para que no lo hagamos. Cambiemos algo en nosotros, sigue intentándolo, no te rindas, que nadie aprende a montar en bicicleta en un día, hace falta caerse muchas veces para conseguirlo.
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